Relato:
Estaba saliendo de la casa de mis papás para irme a la escuela, yo entraba a las 7 de la mañana, ese día me salí como cuarto para las siete, me había quedado dormido, iba en el pesero y me bajé en insurgentes a la altura del world trade center, cuando de pronto empiezo a sentir que todo se toda la gente salió corriendo de sus casa y edificios gritando, empezaron a caerse cables de luz, anuncios, todo se caía. Para ese entonces no había metrobus en insurgentes y esperaba un camión que pasaba por ahí, pasó el camión y me subí, ya había dejado de temblar, pero yo no sabía que tan fuerte había sido el temblor ni de que magnitud, solo recuerdo el ruido de los edificios tronando. Conforme avanzábamos en el camión al centro, empecé a ver y oír ambulancias, patrullas, veía gente corriendo y llorando. Cuando empezamos a llegar a la colonia Roma, había edificios, casas, todo en el suelo. El chofer dijo, hasta aquí llegue no podemos pasar más, la ciudad de México se ha caído. Me bajé del camión y empecé a caminar hacia el centro, quería ir a la escuela, cuando llego a donde estaba mi escuela y no había nada, estaba hecha polvo, derrumbada por completo, algunos compañeros míos que alcanzaron a salirse me dijeron córrele vámonos de aquí, esto se va a hacer un hoyo y nos vamos a ir, el maestro, el director y muchos del grupo se quedaron ahí debajo de la escuela, me dijeron eso tres compañeros que me encontré, ellos iban llorando por que alcanzaron a salirse cuando empezaron a ver que se cayó todo, nosotros bajamos por las escaleras pero hubo gente que se quedó atrapada en el elevador.
Para ese entonces yo tenía una novia que trabajaba en Insurgentes esquina con Zacatecas, en un edificio grande, cuando empecé a oír que había habido derrumbes por ahí fui corriendo, llegué al edificio, y de veinte pisos que eran solo quedaban dos, pregunté si ya había gente trabajando y me dijeron que si, encontré un teléfono de monedas y marqué a su casa, pregunté que si Verónica ya se había ido a trabajar y me dijeron si ¿Por qué?, les dije que el edificio estaba derrumbado, solo oí a la señora gritar. Entre los cadáveres que sacaron de ese edificio salió ella.
En ese entonces estaba haciendo mi servicio militar, el sábado a mi me tocaba ir a marchar, fui al campo militar y ese día nos dijeron, no va a haber instrucción militar, aquí están todos los camiones en los que nos vamos a ir a ayudar a las zonas de desastre. Estuve en el hospital Juárez, en hospital general y centro médico, en el hospital Juárez yo hasta estaba llorando, ahí e tocó sacar el cuerpo de una señora con su bebé en brazos. Estábamos en la zona de incubadoras del hospital Juárez, todos los bebés estaban muertos, todas las mamás también, fue algo horrible.
Todos en la calle ayudábamos, la gente llevaba cosas a los centros de acopio, yo me ofrecía a llevar cosas. El carro lo llenaba con montones de cosas, agua latas, ropa de todo, hacía recorridos por zonas y dejaba las cosas en los centro de acopio.
Dicen que México en los momentos difíciles se une, no importa todos estábamos unidos, hubo muchísimos voluntarios, compañeros míos lograron sacar gente viva, yo saqué puros cuerpos. Poníamos los cadáveres en bolsas y los echábamos en un camión, buscábamos entre sus pertenencias identificaciones para ponerles etiquetas a las bolsas, los camiones iban a donde era el campo del seguro social, un campo de base ball profesional, ahora es Parque Delta, ahí vaciaban los camiones con los cuerpos y las familias iban a reconocerlos ahí, era muchos no cabían. Muchos cuerpos que no fueron identificados se fueron a las fosas comunes.
Fueron casi ocho meses en lo que todo volvió a la normalidad.
Esto fue el relato de un taxista de su experiencia en el terremoto.